Año XIX Buenos Aires, Argentina Nº 25
Mayo 1991
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Tapa 25espHa sido tema de anteriores editoriales y continúa siendo tema de preocupación elparticular momento histórico que vive el sector público en América Latina, sometido a procesos de «achicamiento» con criterios que responden más a enfoques de tipo financiero que buscan neutralizarlo como causal de emisión monetaria, que a la búsqueda de su adecuación funcional a un nuevo rol en una estrategia de crecimiento con estabilidad y equidad.

Por otra parte, esta situación se tipifica en un contexto internacional, sobre el que ya existe coincidencia en calificarlo de turbulento, a consecuencia de los cambios profundos en su naturaleza y acelerados en su ritmo.

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Un cuadro de situación de esta naturaleza, requiere para afrontarlo con alguna probabilidad de éxito, cuando menos flexibilidad organizacional y mental, sustentada en creatividad. Lo que no se debe hacer es aferrarse a esquemas, enfoques, métodos, etc. nacidos y desarrollados para otras épocas.

Es aquí donde nace nuestra preocupación, por cuanto observamos, en opiniones y análisis relacionados con el Sector Público, notoria preponderancia de esquemas de razonamientos y métodos de trabajo, que pretenden alterar la realidad para adecuarla a determinados modelos. Manifestación de esta deficiencia se observa en el tratamiento de la problemática de la Administración Financiera Gubernamental en general, y del Presupuesto en particular, en donde todavía se prescinde generalmente de los importantes aportes al conocimiento que provienen de la interacción entre la ciencias de la administración, el comportamiento humano, la teoría de la información y la teoría de los sistemas.

Los tiempos que nos tocan vivir requieren de estudiosos y operadores del sector gubernamental con gran aptitud de adaptación, capaces de aprender constantemente de la experiencia y corregirse, solventes para diseñar modelos de razonamiento para la conducción del sector acordes con la época, probarlos y ajustarlos, preparados intelectualmente para manejarse con enfoques estratégicos y no rutinarios. Vivimos el rompimiento brusco y no paulatino de una tradición; esto es siempre conflictivo y exigente. Ojala, por el sector gubernamental de nuestra preocupación, demostremos que somos merecedores de haber sido protagonistas.

Una referencia particular merece hacerse con relación a la ASIP. Esta institución, de la cual esta publicación es una de sus formas de expresión, debe contribuir con su esfuerzo en la línea de las anteriores reflexiones: apoyar en la adaptación de sus miembros, personales e institucionales, a un mundo en vertiginoso cambio. Para ello es necesario revivir los antiguos ideales de perfeccionamiento de las administraciones públicas, con la participación activa y comprometida de todos sus socios.