José Pablo Arellano M.

Director Nacional de Presupuestos del Ministerio de Hacienda de la República de Chile, a la Comisión Especial de Presupuestos, Octubre 1995.

A continuación, y tal como se ha venido haciendo desde 1990, se entregan antecedentes complementarios a la Exposición de la Hacienda Pública presentada por el Ministro de Hacienda el 4 de Octubre pasado.

  1. El rol macroeconómico de la política fiscal en el período 1990-1995

Antes de examinar la política fiscal que contempla el presupuesto de 1996, es conveniente hacer una breve revisión del impacto macroeconómico que ha tenido la política fiscal en el período 1990-1995.

El cuadro 1 muestra el comportamiento de las principales variables macroeconómicas en el período. Este está marcado por un continuo descenso de la inflación y por un alto crecimiento del PIB. En este proceso la política fiscal ha colaborado en forma decisiva a alcanzar los resultados conseguidos.

  1. Tanto en 1990 como en 1994 la política fiscal se sumó a la política monetaria (alzas de tasas de interés) para lograr una desaceleración del gasto agregado y así obtener una rebaja de la inflación. En 1990 el gasto corriente de gobierno se redujo en 2,9% y en 1994 su crecimiento se desaceleró de 7% en 1993 a 3,3% en 1994.
  2. En varias ocasiones durante este período el crecimiento del PIB ha sido más alto que el que contemplaba el presupuesto e incluso más alto que lo se estimaba sostenible en el largo plazo. De igual manera, el precio del cobre ha superado el presupuestado.

En esos casos los mayores ingresos tributarios no se han dedicado a financiar mayores gastos durante el respectivo período presupuestario. Esos mayores ingresos han elevado el ahorro público. El presupuesto ha ayudado en esta forma a moderar el 
crecimiento del gasto agregado.

  1. Como puede verse en el cuadro 2 los ingresos tributarios, que se elevaron como proporción del PIB 1 gracias a la reforma tributaria de 1990, han logrado compensar  los menores ingresos provenientes del cobre que se registran en el período. Asimismo, han compensado la reducción en las imposiciones previsionales que sigue produciéndose como consecuencia de la reforma previsional de 1980. (El cobre representó  1,9% del PIB en 1989 y alcanzará a 1% en 1995. Por su parte las imposiciones previsionales se han reducido desde 1,7% a 1,4% del PIB en igual período.

En esta forma los ingresos corrientes del gobierno se han elevado levemente hasta una cifra cercana al 22% del PIB, fortaleciendo la situación fiscal.

En términos generales, la política tributaria ha contribuido al desempeño macroeconómico, tanto porque ha asegurado un resultado fiscal positivo como porque ha estimulado el ahorro privado.

  1. E comportamiento de los ingresos, sumado al comportamiento del gasto corriente 2 han elevado el ahorro del gobierno a tasas superiores al 4,7% del PIB. Este mayor ahorro público ha permitido financiar íntegramente los gastos de capital del gobierno. El gobierno ha contribuido a elevar el ahorro nacional en forma decidida durante este período.

El autofinanciamiento de la inversión pública ha evitado que el gobierno compita con los inversionistas privados para el financiamiento de sus proyectos.

De hecho el sector público ha aportado con recursos netos para la inversión ya que su ahorro ha superado la inversión pública. Más aún, las cifras de ahorro de gobierno del cuadro 2 subestiman la contribución al ahorro que hace el gobierno. Ellas no incluyen el pago de bonos de reconocimiento (éstos se consideran parte del gasto corriente en circunstancias que se depositan en los fondos de pensiones y parecen como ahorro privado)3 , ni los depósitos en el fondo de estabilización de precios del cobre. Tampoco incluyen el ahorro de las empresas públicas. Sumando esas cifras en 1994 el ahorro público llega a 6,5% del PIB.

  1. El gobierno ha reducido drásticamente el uso  de financiamiento externo y de esta forma ha disminuido el ingreso de capitales externos, ayudando directamente a frenar la tendencia a la apreciación cambiaria. También lo ha hecho en forma indirecta, ya que  a través de su ahorro ha favorecido una tasa de interés más baja de la que se habría registrado bajo otras circunstancias.

La deuda externa del gobierno central se ha reducido desde U$S 5.642 millones en 1990 a U$S 3.960 millones a diciembre de 1995.

  1. La inversión pública se ha elevado significativamente durante el período, contribuyendo a superar déficit de infraestructura que amenazaba con constituirse en una limitación al crecimiento del país. En 1995 la inversión en términos reales será más del doble que en 1990. Como proporción del PIB se elevó desde 2,7% en 1989 a 3,3% en 1995.

El gasto público en educación – que si bien se registra como gasto corriente, es una clara inversión en capital humano- creció en casi un 60% entre 1989 y 1995, elevándose hasta prácticamente un 3% del PIB.

En síntesis, existen antecedentes claros que reflejan la contribución de la política presupuestaria a los objetivos macroeconómicos tanto de corto como de largo plazo durante el último sexenio.

II. Los costos de operación del aparato público

Durante el período 1989-1995 el gasto de gobierno ha crecido en forma similar al PIB.  El gasto total, descontadas las amortizaciones de deuda, pasó del 21,3% del PIB en 1989 al 21,4% en 1995 4. En términos absolutos el gasto creció en 40% real durante este período (véase el cuadro 2).

Este crecimiento se ha hecho dentro de un marco de economía y austeridad en materia de los gastos de operación del aparato público. Sólo un tercio de los gastos corrientes  de gobierno corresponden a gastos de operación (personal y bienes y servicios); el resto corresponde a transferencias al sector privado.

Si se examina el cuadro 3 se aprecia que los gastos de operación se han mantenido alrededor del 28% del gasto total. Si se excluye el sector salud se observa  una disminución en el peso relativo de los gastos de operación. En se el sector salud se produjo un decidido aumento en compra de bienes y servicios para paliar los déficit en medicamentos y personal, indispensables para un mejor funcionamiento del sector.

La parte principal  del aumento de los gastos de operación de este período se concentra en personal Se trata de un aumento de las remuneraciones promedio de los funcionarios públicos. En efecto, las dotaciones de personal han crecido a un ritmo muy inferior al gasto público elevando el gasto por funcionario y manteniendo el empleo público en un 2,6% de la ocupación nacional. Las remuneraciones  han crecido más rápido que en el sector privado, reduciendo una brecha no sostenible entre ambos sectores.

En resumen, un análisis objetivo de lo ocurrido en este período demuestra que los gastos operacionales se han mantenido dentro de un marco de austeridad.

III. La prioridad social

En el centro de la política económica del período 1990-1995 ha estado la búsqueda de crecimiento con equidad. El logro de los objetivos de estabilidad y crecimiento en el ámbito macroeconómico es la base del crecimiento del empleo y de las remuneraciones y de la reducción de la pobreza registrada en este período. De allí la importancia social de la contribución de la política fiscal a los objetivos de crecimiento y estabilidad. Por otra parte, el presupuesto es un instrumento esencial para dirigir recursos hacia los sectores más necesitados. En este aspecto la política fiscal ha tenido el siguiente comportamiento:

    1. El gasto social se ha elevado en casi 50% entre 1989 y 1995. Esto representa un crecimiento de más de U$S 2.800 millones.
    2. Aparte de elevar en mayor proporción el gasto social que el resto de los gastos, ha existido un esfuerzo permanente por orientar esos recursos en mayor medida hacia las familias de menores ingresos. Se han adoptado numerosas iniciativas en ese sentido.

Algunos ejemplos:

En materia de transferencias monetarias

  1. Se elevaron las asignaciones familiares, creando dos tramos y eliminándola para los ingresos mayores a $ 300 mil.
  2. Las pensiones se reajustaron en 10,6% por etapas. Se reajustaron en 10% las pensiones inferiores a $ 100.000. Adicionalmente se reajustaron las pensiones mínimas de viudez y se elevarán las de los mayores de 70 años.
  3. Se creo un subsidio al consumo de agua potable en función de la necesidad de las familias, al mismo tiempo que se elevaron las tarifas para cubrir costos.

En materia educacional y de capacitación

 

  1. Se aumentaron las becas para los estudiantes más necesitados.
  2. Se ampliaron los programas asistenciales de desayunos y almuerzos escolares. Se crearon algunos programas nuevos (entrega de textos escolares, útiles, salud escolar, campamentos de verano). Todos estos programas se orientan a los estudiantes más pobres.
  3. Se iniciaron programas de mejoramiento de la calidad de la educación partiendo de las 900 escuelas más pobres.
  4. Se elevó la cobertura pre-escolar sobre la base de criterios de pobreza.
  5. Se han elevado las subvenciones educacionales dando preferencia a las escuelas más pobres (rurales, de adultos, de menor asistencia, de desempeño difícil, etc.)
  6. Se creó un programa de capacitación de jóvenes desempleados de escasos recursos.

En materia habitacional

  1. Se creó un nuevo sistema de viviendas “progresivas”.
  2. Se focalizó el subsidio habitacional.
  3. Se orientó la pavimentación hacia las familias de más bajos ingresos.

En materia de salud

  1. Se dio preferencia a la atención primaria de salud y al reforzamiento en los consultorios en barrios más pobres.
  2. En la medicina de libre elección se favoreció a los grupos de ingresos más bajos.

En síntesis, puede decirse que el gasto social ha crecido por dos motivos: el crecimiento vegetativo (número de pensiones, costos de personal, etc.) y por el mejoramiento de los programas (tanto por mejores beneficios como por mayor cobertura y nuevos programas). Prácticamente todos los recursos destinados al mejoramiento de los programas han ido hacia la población más pobre, lográndose de esta manera un gasto social más focalizado en los más pobres. En el presupuesto de 1995, un 63% del gasto social se dirige hacia los más pobres.

El principal esfuerzo, aunque, no el único, de “focalización” de recursos hacia los mas pobres ha sido a través del crecimiento de los recursos en programas sociales.

Se podría hacer un esfuerzo adicional de “focalización”. Esto requeriría lograr un mayor consenso en torno a esas reformas.

IV. Condiciones macroeconómicas que se han tenido en vista en la elaboración del Proyecto de Presupuesto

La consideración principal que, en las actuales circunstancias, determina el marco macroeconómico de la política fiscal es su consistencia con la meta a seguir reduciendo gradualmente la inflación. Para 1996 se ha establecido una meta en torno al 6,5% de inflación. Ello condiciona el crecimiento del gasto agregado y del gasto de gobierno a un nivel acorde con el crecimiento del producto potencial, de tal forma que su expansión no presione al alza en los precios. El nivel de gasto de gobierno se ha calculado considerando 6,5% de inflación, lo cual restringe al crecimiento real de éste si la inflación fuera levemente superior. De esta forma el límite nominal de gastos opera como un mecanismo estabilizador.

La reducción de la inflación prevista para 1996 y su consistencia con el crecimiento del PIB dependerá en forma importante del comportamiento de los costos durante los próximos meses.

Un papel determinante en tal sentido jugará la evolución de los salarios. En la medida en que éstos registren incrementos reales acordes con los aumentos de productividad, podrá lograrse la meta inflacionario. Con este propósito es muy importante persistir en la política de reajustes de remuneraciones en base a la inflación futura. Ello deberá constituir un criterio muy importante en los reajustes de remuneraciones del sector público.

La situación de nuestra Balanza de Pagos muestra una situación extraordinariamente favorable. Esta situación es el resultado tanto de un aumento de los precios de nuestras exportaciones, como de un fuerte crecimiento del volumen exportado.

Las proyecciones para 1996 indican que las buenas perspectivas  de la economía mundial se mantendrán, lo cual debería traducirse nuevamente en una positiva situación de nuestra balanza de pagos.

  V. Los ingresos corrientes

El comportamiento de los ingresos tributarios estará determinado por el crecimiento de la economía y por los cambios en la legislación tributaria. En particular , la rebaja del impuesto a la renta de las personas que rige a contar de 1994, reduce la recaudación por ese concepto.

Asimismo, se reflejan el término de la sobretasa del 30% a los bienes raíces y el aumento del impuesto a la bencina y al tabaco.

Como puede verse en el cuadro 4, los ingresos tributarios incluidos en el presupuesto para 1996 representan un 17% del PIB, lo que constituye una relación similar a la registrada en 1994 y 1995. El nivel de tributación actual supera en cerca de 2% del PIB la recaudación observada entre 1988 y 1990.

El crecimiento de los ingresos tributarios en 1996 es de 6,2% real comparado con la última proyección disponible para 1995. Como puede puede apreciarse en el cuadro 4, este crecimiento es menor al de PIB debido a la menor recaudación del impuesto a la renta, la que es parcialmente compensada por los “otros” tributos Los “otros” impuestos están influidos por la eliminación de la sobretasa del impuesto territorial ocasionada por los nuevos avalúos y por tabacos y gasolinas (véase el cuadro 4).

Los recursos fiscales provenientes de CODELCO se han estimado suponiendo un precio por libra de cobre de 98 centavos de dólar.

En 1996 el fisco obtendrá de Codelco U$S 516 millones, equivalentes a l0,7% del PIB (véase el cuadro 5).

VI. El gasto corriente, el ahorro de gobierno y el impacto sobre la demanda agregada.

Como ya se señaló, el principal criterio que determina la expansión del gasto público en el presupuesto de 1996 es el  comportamiento del gasto agregado. Naturalmente que el gasto agregado no sólo se ve afectado por el mayor gasto público sino especialmente por el gasto privado, el cual es más de tres veces superior al gasto público. A su vez el gasto privado está influido por el comportamiento de la política tributaria.  Por lo tanto, desde el punto de vista macroeconómico el resultado es distinto si un mayor gasto de gobierno está financiado con mayores ingresos que reducen la expansión del gasto privado.

Es por esto que debe ponerse especial atención al ahorro del gobierno, y/o a la expansión del gasto, descontando aquella parte que tenga su propio financiamiento.

Como puede verse en el cuadro 6, el ahorro en el presupuesto de 1996 llega al 4,3% del PIB, el que se compara favorablemente con el 3,7% que contempló el presupuesto para 1995. El crecimiento del gasto corriente, si se descuentan los efectos de la Ley Nº 19.398 que elevó las pensiones y subvenciones e incrementó los impuestos al consumo privado, es de 5,7% (cuadro 5,columna 3 comparado con columna 1).  Esta es la tasa de crecimiento pertinente para examinar el impacto del gasto público sobre el gasto agregado 5. Si se incluyen tales gastos el crecimiento es prácticamente equivalente al crecimiento estimado para el PIB (columna 4 comparada con columna 2).

El gasto corriente está constituido por distintos componentes  que tienen una significación diferente y que conviene analizar en forma separada Sus principales componentes son: los gastos de funcionamiento de los servicios públicos (personal y compra de bienes y servicios), las prestaciones previsionales (pago de pensiones), los intereses de la deuda y las transferencias.

Principales componentes del gasto corriente

% del gasto corriente

Personal

22

Bienes y Servicios

11

Prestaciones previsionales

33

Subvenciones educacionales

9

Subsidios

6

Intereses de la deuda

6

a) El gasto en personal en 1996 aumenta como consecuencia de las mayores remuneraciones aprobadas por leyes durante 1995. La dotación de personal  se eleva en 1,5%.

En sólo 31 de las 110 reparticiones públicas que fijan dotación en esta ley, la contratación de personal se eleva  comparando con la ley de 1995. De los 1.892 cargos que se crean, 1.097 son de sector de salud y están destinados a atender los nuevos equipamientos y la construcción y ampliación de establecimientos de atención de salud realizados en los últimos años.

Otros 313 cargos son en servicios del Ministerio de Justicia para atender las nuevas cárceles y las nuevas prestaciones de Registro Civil y del Servicio Médico Legal. Otros 384 cargos son para los nuevos  jardines que elevan la cobertura pre-escolar. Nótese que el 95% de la mayor dotación autorizada corresponde a estos tres ministerios.

En 18 servicios la dotación autorizada disminuye, y en más de 60 servicios restantes la dotación se mantiene constante a pesar de la mayor actividad que realizarán prácticamente todos esos servicios durante 1996 (ver anexo de personal 1996).

El aumento en gastos en personal estará determinado principalmente por los reajustes de remuneraciones que reciba la Administración Pública. A éste se le agregará el reajuste para el personal de las Fuerzas Armadas y de Orden. En un contexto de fuerte crecimiento económico, las remuneraciones del sector público deben mantener un crecimiento real a objeto de evitar un excesivo traslado de funcionarios competentes a empleos privados.

b) El gasto en bienes y servicios crece un 2,2%. También se concentra su crecimiento en el sector salud como resultado de las nuevas instalaciones y equipos y del aumento en los recursos que se entregan a los municipios para los consultorios de atención primaria.

En esta forma se mantiene un criterio de estricta austeridad en los gastos de funcionamiento del gobierno tanto en lo que dice relación de personal como en los bienes y servicios.

c) Las prestaciones previsionales crecen en 4,4% real comparado con la Ley de presupuestos de 1995. Esto ocurre como consecuencia del crecimiento vegetativo en el número de pensionados, del aumento en el valor promedio de las pensiones y por el pago de los abonos de reconocimiento a los  afiliados de las AFP.

A ello se agregan los reajustes especiales otorgados a las pensiones menores de $ 110 mil, a las pensiones mínimas de viudez y a las pensiones mínimas para los mayores de 70 años.

d) Los intereses y gastos financieros disminuyen en 1996 comparados con la ley de 1995. Esta menor carga financiera obedece a la política de reducción del endeudamiento y prepago de deudas llevadas adelante en los últimos 3 años (véase una proyección del servicio de deuda 1995-2010 en el documento difundido por la Dirección de Presupuestos).

VII. La inversión

La inversión real, inversión sectorial de asignación regional y las transferencias de capital pasan de representar un 2,3% del PIB en 1990, a un 3,5% en el presupuesto para 1996.

Entre los principales componentes de la inversión se pueden destacar:

Miles de Millones $ 1996

MOP (ISAR+Inv.Real+Transf.. Capit.)

366

Vivienda

265

FNDR

99

Salud

54

Como resultado del esfuerzo por elevar la inversión, el presupuesto de 1996 supera en un 13,6% el monto contemplado para 1995.

VIII. Prioridades y composición del gasto

El presupuesto refleja en la asignación de recursos las prioridades del gobierno. Por una parte se ha priorizado el gasto social y dentro de éste la educación y los programas que favorecen preferentemente a los más pobres. En efecto, el gasto social crece en un 8% en términos reales en el proyecto de presupuesto de 1996 comparado con la Ley de presupuestos de 1995. Todo el crecimiento del gasto social que no corresponde al crecimiento vegetativo-como el caso de las prestaciones previsionales- se orienta a programas dirigidos a la población más pobre.

El crecimiento del gasto social continúa con la tendencia establecida a partir de la reforma tributaria de 1990. En esta forma en 1996 el gasto social habrá crecido prácticamente en 60% real comparado con  1990.

El aumento más importante en estos años se ha producido en salud, donde el gasto crece en 80% real, seguido de educación, que crece en un 60%.

Cualquier comparación histórica con lo ocurrido en otros sexenios en nuestro país o en el extranjero revela que se trata de volúmenes de crecimiento extraordinariamente altos. Este resultado es aún más destacado si se considera que ocurre simultáneamente a un fortalecimiento de la situación fiscal y a una reducción de la inflación.

Aunque sea por medio de una breve enumeración conviene mencionar aquí las principales iniciativas nuevas que contiene el presupuesto de 1996 en el campo social y en el programa contra la pobreza.

En Educación

Se aumenta la subvención pagada por alumno para todos los colegios subvencionados. Este aumento es  mayor en el sector rural y en los establecimientos más pobres que aumentan la jornada escolar. Es mayor también para las escuelas especiales y de adultos.

  1. La inversión en infraestructura escolar crece en 43%, permitiendo la construcción y reparación de colegios municipales. Esta inversión en 1996 duplicará la registrada en 1994.
  2. Se contemplan recursos para adquirir más de 7.000 computadoras destinadas a escuelas básicas y liceos de enseñanza media.
  3. Se expande el programa para mejorar la enseñanza media que contempla becas para ayudar a los estudiantes, habilitación de bibliotecas, computadoras y material didáctico para los liceos.
  4. Se expanden los programas de prevención y atención dental y de salud que realiza JUANEB para los niños de escuelas más pobres. Se eleva el número de becas y los hogares para alumnos internos.
  5. Se aumenta la cobertura de atención pre-escolar a través de INTEGRA y JUNJI.

En vivienda

  1. Los Ministerios de la Vivienda y de  Interior contemplan recursos para financiar el equivalente a más de 114  mil soluciones. Crecen especialmente aquellos programas dirigidos a los más pobres: mejoramiento de barrios, viviendas progresivas y viviendas básicas y subsidio rural.
  2. Se elevan los recursos destinados a mejorar el entorno en que viven los más pobres: pavimentación, inversiones municipales financiadas con el programa de mejoramiento urbano, parques y equipamientos en poblaciones.

En Salud

  1. Se mantiene un importante plan de inversiones de más de $ 50 mil millones que está destinado a mejorar el equipamiento e instalaciones de los hospitales públicos y a construir allí donde hay déficit más marcados Estas inversiones acarrean un mayor costo de operación en personal, medicamentos, etc.
  2. Se aumentan los recursos dedicados a la atención primaria municipal y se disponen recursos para financiar nuevas prestaciones a través del sistema de libre elección de FONASA.

En Seguridad Social

  • Se destinan recursos para mejorar la atención del INP, así como para el mejoramiento de las pensiones que se producirá como consecuencia de las iniciativas planteadas por el Presidente de la República del 21 de mayo pasado.
  • Para el sector rural los programas de electrificación, de telefonía, de agua potable y los subsidios a la vivienda, contemplan un total de $ 27.000 millones. Aparte de esto se elevan los recursos para INDAP, para la inversión en riego y para el saneamiento de títulos.
  • Se incrementa el apoyo a la pequeña y a la microempresa modificando los mecanismos para hacerlos más efectivos.
  • Los programas de decisión regional crecen en un 18% llegando a un total de $ 183 mil millones. Al FNDR y los ISAR se agregan nuevos mecanismos como son los convenios de programación y los proyectos de identificación local.IX. Proyecciones de mediano plazo

    Para el trienio 1997-1999 pueden anticiparse las siguientes tendencias:

    1. Los ingresos tributarios, deberían mantener un comportamiento similar al del PIB. En 1997 los impuestos a la renta empiezan a recuperarse como proporción del PIB aunque sin alcanzar todavía los niveles que registraron en 1994.

    La recaudación de 1997 estará muy influida por la decisión que adopte el Presidente de la República respecto de la tasa del IVA. Esta puede mantenerse en 18% o bajar a 17% ó 16%. En 1998 la actual legislación establece que el IVA debe bajar a 17%.

    Las estimaciones del cuadro 7 se han hecho sobre la base de que se mantiene la tasa actual de 18% en 1997. Bajo ese supuesto, la recaudación tributaria en moneda nacional alcanzaría a 17,1% del PIB en 1997, levemente superior a la de 1995-1996. En 1998 la recaudación disminuirá como proporción del PIB hasta un 16,7% a consecuencia de la baja en la tasa del IVA a 17%. La rebaja de 1% en la tasa del IVA representa más de U$S 300 millones de menor recaudación e impactará fuertemente la situación fiscal en 1998.-

    1. El comportamiento de los ingresos fiscales por cobre, estará determinado por el precio de éste y de los costos de producción de CODELCO. En el cuadro 7 se supone un precio de  98 centavos para el período 1996-1999. En cuanto a los costos y niveles de producción de CODELCO, se supone que éstos evolucionan positivamente generando un mayor traspaso de excedentes al fisco. En particular en 1999 el aumento de producción  de cobre debería constituir una importante fuente de mayores ingresos al fisco.
    2. El comportamiento de los gastos corrientes tiene un crecimiento ya definido que se origina principalmente en los pagos de pensiones y bonos de reconocimiento. El gasto en pensiones de responsabilidad pública neto de los ingresos por imposiciones crecerá a un ritmo cercano al 4% en trienio 1997-1999. Dada su significación en el gasto corriente esto impone un piso mínimo de crecimiento del gasto corriente superior a 1,5% anual en el trienio.

    El pago por concepto de intereses sobre la deuda actualmente vigente decrece en el trienio 1997-1999 en cerca de 30% si se mantiene el actual nivel de las tasas de interés internacional. Es probable que las tasas de interés  suban, atenuando el efecto anterior.

    En relación al resto de los gastos corrientes no existen, de acuerdo a la legislación vigente, aumentos de gastos legalmente comprometidos para el trienio 1997-1999. No obstante, es necesario señalar algunas necesidades de recursos que surgirán en los próximos años:

  • En el Sector salud, el crecimiento vegetativo más los costos de operación de las nuevas inversiones demandarán un mayor gasto en personal y en compra  de bienes y servicios superior al 3% anual entre 1997-1999.

A lo anterior conviene agregar la presión sobre el gasto público y privado en salud que en forma creciente generará el cambio demográfico y de morbilidad que se está produciendo en el país. El envejecimiento de la población y la mayor prevalencia de enfermedades con mayor costo de tratamiento (cáncer, enfermedades cardiovasculares, accidentes) elevan la demanda de recursos en el sector y exigen un claro mejoramiento en la eficiencia en el aprovechamiento de éstos.

  1. En el área de educación se ha iniciado un programa de mejoramiento de la calidad de la educación media. Este programa está proyectado a 5 años plazo con un crecimiento en los recursos utilizados en 1996 y 1997. La prioridad otorgada por el gobierno a la educación se debería traducir en un crecimiento de los recursos entre 1997 y 1998 superior al crecimiento del PIB.

Por todo lo anterior, el total del gasto corriente difícilmente podrá crecer a un ritmo anual inferior al 4% real en el período 1996-1999.

    1. En cuanto a la inversión, los gastos de arrastre de grandes proyectos que estarán en ejecución durante 1995 y 1996 se registran principalmente en las grandes obras de riego, y el Metro.

En puertos, la nueva Ley de EMPORCHI abrirá el campo a la inversión privada liberando recursos de inversión pública.

En obras viales y en aeropuertos existe un importante programa de concesiones en marcha que permitirá al Estado concentrarse en otras áreas de alta rentabilidad social.

El resto de los requerimientos de inversión pública está determinado por las necesidades  de mantención y expansión de infraestructura, más que por arrastres de proyectos en ejecución.

Los déficit actuales de infraestructura, se agravarán con un crecimiento de la economía de 6% como el previsto para el período. Esto hace necesaria una mayor inversión privada y una mayor contribución de los usuarios de la infraestructura (peajes interurbanos y urbano, aporte de los regantes, etc.). De lo contrario, la insuficiencia de infraestructura puede convertirse en una limitante al crecimiento del país. Un área especialmente crítica, dado el crecimiento del parque de vehículos, es el de la vialidad urbana. Resulta urgente el despacho de la Ley de tarificación vial, que está siendo estudiada en este Congreso desde 1992.

En síntesis, las perspectivas de nuestras finanzas públicas son sólidas y en la medida que la economía siga creciendo en forma sostenida y el gasto público crezca moderadamente se podrá seguir obteniendo en forma simultánea una menor inflación y un aumento importante del gasto social.

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Notas

1. Los porcentajes del PIB que se expresan sobre la base de la última revisión del Banco Central, por lo cual pueden diferir de cifras anteriores.

2. El control del gasto corriente se ha visto facilitado por el menor peso del pago de intereses de la deuda pública. Los mismos alcanzaron un máximo de 2,2% del PIB. Ello se explica por las menores tasas de interés internacionales y por a reducción de la deuda pública.

3. Debe considerarse además que el Estado está pagando las pensiones del sistema antiguo y no está recibiendo las cotizaciones previsionales, las cuales se depositan en los fondos de pensiones.

4. Si se descuentan los intereses el crecimiento es de 19,6% del PIB a 20,6%.

5. Si se excluye el pago de intereses del gasto corriente, ya que éstos no son percibidos por agentes privados nacionales, el crecimiento es superior, llegando al 6,3%.