Al comenzar la pandemia que angustia al mundo, la Asociación Internacional de Presupuesto Público (ASIP), con sus 50 años de experiencia en el plano de las finanzas públicas internacionales, solicitó a los países prepararse para las consecuencias del flagelo ensayando distintas formas de encarar los desajustes que se producirían en las economías nacionales.
ASIP propuso entonces la urgencia en crear un fondo voluntario internacional de los países ricos y los organismos internacionales, dirigido hacia los de menor capacidad económica y, dentro de estos países, fondos voluntarios con aportes de los ciudadanos de mayor capacidad contributiva para ayudar a los gobiernos a no comprometer en
exceso sus equilibrios económicos básicos.
El objetivo de la iniciativa de ASIP es fijar propósitos y orientar acciones que, según nuestra experiencia, conduzcan a mejores prácticas que produzcan un impacto positivo, siempre respetando las modalidades propias de cada país, y una menor cantidad de efectos colaterales negativos para la sociedad.
Este proceso se va desenvolviendo a nivel internacional en algunos países con más eficacia que en otros, aunque en general todos persiguen el objetivo planteado de neutralizar los efectos negativos de la crisis sanitaria que afectan duramente la vida cotidiana de la humanidad.
ASIP considera que es necesario unificar esfuerzos para salir de la pandemia y recurrir a los grandes avances tecnológicos para enfrentar las consecuencias que el flagelo ha producido hasta establecer una nueva normalidad que permita a las personas continuar con las actividades culturales, económicas y políticas que caracterizan a nuestra
civilización.
Por lo expuesto, la Asociación Internacional de Presupuesto Público
DECLARA:
1) Que ve con profunda esperanza lo resuelto por los países del G-7, que se hará extensiva a los que integran el grupo del G-20, de gravar a las corporaciones que operen fuera de sus países con un impuesto uniforme del 15% para ordenar el sistema fiscal internacional y evitar fugas y «guerras fiscales»; en la captación de inversiones para asegurar sus efectos en la producción y el empleo.
2) Esta medida debería complementarse con otro impuesto que ponga orden en el sistema financiero para evitar, través de la creación de «productos financieros tóxicos», especulaciones extremas, como la ocurrida en la crisis económica del año 2008.
3) Cada país debe complementar estas decisiones con otros impuestos en el orden interno para conformar un conjunto armónico de medidas tendientes a alentar la competitividad y acotar la volatilidad que caracteriza a las situaciones críticas.
4) ASIP apoya, en consecuencia, la orientación de las iniciativas adoptadas, señalando que estas deben contribuir a neutralizar la desigualad entre los países y dentro de los países aprovechando la oportunidad que toda crisis ofrece a la humanidad.
Dada en las ciudades de San José de Costa Rica y Buenos Aires a los 7 días del mes de junio de 2021.