Nº 81

Marzo/Abril 2013

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Nota Editorial:

El presupuesto público es la forma más lógica, racional y sensata de entender la vida política de un país y, en gran medida, constituye también un instrumento para expresar la situación económica de una nación y sus condiciones de vida. Es por esta razón que, en estos momentos de incertidumbre y turbulencia global, los presupuestos permiten realizar certeras inferencias acerca de los profundos procesos de cambio que están afectando a una gran cantidad de países y revelan las fluctuaciones en la calidad de vida de sus ciudadanos.

    Es llamativo que, en la actualidad, la agenda de los países más avanzados esté abarrotada de programas y estrategias destinados a recobrar la estabilidad perdida en los últimos años, para así dinamizar sus economías. El presidente de Francia, por ejemplo, anunció a fines del año pasado un plan para recuperar el empleo y la competitividad con el objetivo de construir una sociedad más humana y solidaria en el marco de un programa que incluye un fuerte aumento de los impuestos y ajustes presupuestarios sin precedentes. El plan francés se acopla a los grandes esfuerzos que vienen realizando Grecia, Italia, España y muchos otros países. El objetivo de estos esfuerzos es sanear las finanzas públicas, salvar al Euro de un posible naufragio y asentar las nuevas bases de la integración económica de la Unión Europea mediante medidas que, finalmente, deberán apuntar a eliminar los costos de las transacciones entre los países y remover o armonizar las actuales normas que constituyan un obstáculo al comercio en la Eurozona, tal como lo exigirá el nuevo tratado fiscal europeo que actualmente se está discutiendo.

    Mientras esto ocurre en Europa, la presidenta de Brasil incluyó en su discurso del Día de la Independencia el anuncio de la puesta en marcha de un ambicioso programa que tiene por objetivo aumentar la productividad del país. El plan incluye la disminución de impuestos a la energía para que el sector productivo sea más competitivo y un gigantesco plan de inversiones en obras de infraestructura a través de concesiones público-privadas en rutas, ferrovías, puertos y aeropuertos. En este marco de políticas expansivas, Uruguay, por su parte, anunció inversiones públicas en obras por U$S 1.500 millones en el año 2013 en el marco de un programa que incluye la mejora de puertos, la extensión de la red de fibra óptica y la modernización de la red ferroviaria. Colombia, por su parte, anunció oficialmente que su PBI ascendió a U$S 362.000 millones, con lo que este país está en camino de convertirse en la segunda economía de Sudamérica después de la brasileña. Las razones del éxito de Colombia están vinculadas al éxito de la lucha contra la violencia, mientras que este país, al igual que Brasil, se caracteriza por la solidez de sus instituciones, una tasa muy baja de inflación y una equilibrada situación fiscal.

    Los diferentes y ciertamente contrapuestos escenarios que se observan hoy en muchos países del mundo –cuyas características más importantes están siendo reflejadas por sus respectivos presupuestos públicos– permiten inferir que nos encontramos en la antesala de una profunda reestructuración del poder mundial caracterizada por la mayor importancia que cobran las llamadas naciones emergentes frente a las antiguas potencias. Mucha agua parece haber corrido bajo el puente desde los no muy lejanos tiempos en que los desequilibrios fiscales se registraban generalmente en los países menos desarrollados, mientras los organismos internacionales señalaban que los más industrializados debían ser considerados como ejemplos a imitar. Esta nueva realidad es, en gran medida, el resultado de los esfuerzos que muchos gobiernos de la región han venido realizando en los últimos tiempos para mantener el equilibrio presupuestario y fiscal, mientras lo contrario ocurrió en el mundo más desarrollado. Esta asimetría demuestra que el comportamiento del sector público tiene un fuerte impacto sobre el desempeño del sector privado y que el crecimiento económico está directamente relacionado con el equilibrio fiscal.

    Annabelle Mourougane y Mauro Pisu son los autores del documento de trabajo intitulado Promoción del desarrollo de la infraestructura en Brasil. Luego de revisar brevemente el estado actual de la infraestructura en Brasil, el documento analiza la financiación del desarrollo de la infraestructura. Después brinda un examen de la estructura regulatoria y la compara con la de los países de la OCDE, frente a la concentración sobre desarrollos sectoriales. Por otro lado, examina varias industrias de redes, tales como electricidad, telecomunicaciones, transporte terrestre por carreteras y ferrocarriles, además de agua y saneamiento básico.

    ¿Tiene Chile un excesivo gasto militar? ¿Está Sudamérica en una carrera armamentista? En el marco de los intentos que muchos países de la región realizan para racionalizar y optimizar el gasto público, el trabajo de Luis Riquelme Contreras, que lleva por título Algunas consideraciones sobre el gasto militar en Chile y en Sudamérica, analiza el fundamento económico del gasto en defensa, para posteriormente dar una mirada a la magnitud del gasto militar en algunos países seleccionados de la región. Más adelante se describe el proceso de asignación de recursos para la Defensa en Chile y las magnitudes de recursos involucrados. Finalmente, lleva adelante un análisis comparativo respecto del gasto en defensa de diferentes países de Sudamérica para luego relacionarlos con los datos preliminares del informe de UNASUR respecto de otras áreas, tales como gasto público, gasto social, pobreza e índices internacionales de paz y democracia.

    En línea con los esfuerzos que se realizan en muchos países latinoamericanos para lograr una mayor eficacia y eficiencia en la utilización de los recursos públicos, en el trabajo titulado Descentralización en el Perú, Gonzalo Neyra Aráoz sostiene que el desarrollo regional y la descentralización del Estado son políticas que pueden tener un alto impacto en la inclusión social y el crecimiento económico si se resuelven las limitaciones actuales y los cuellos de botella de ambos procesos, para lo cual es necesario tener en cuenta que tanto el desarrollo como la descentralización son políticas públicas que requieren de una fuerte coordinación intergubernamental y forman parte de un proceso que, por su naturaleza, es necesariamente gradual.

     Con estos aportes, la Revista Internacional de Presupuesto Público contribuye una vez más a enriquecer algunos de los debates más preponderantes en el mundo de las finanzas públicas.