En la semana del 12 al 16 de junio próximo, la ciudad de San José, Costa Rica, será escenario del XVI Seminario Interamericano e Ibérico de Presupuesto. Es un nuevo eslabón en una larga tradición, celosamente custodiada por ASIP, que nos enorgullece y nos obliga permanentemente.
La oportunidad se presta para intentar algunas reflexiones sobre nuestros Seminarios, y sobre el especial momento en el que se realizará.
Creemos, como antes se puntualizara, que la sucesión de estos Seminarios han forjado una tradición que hace ala esencia de la Institución. Entendemos la tradición como un acervo que hay que preservar, pero también, como algo dinámico cuya conservación supone una inquieta y vigilante acción que busca adaptación y actualización. Significa la defensa de lo esencial mediante el ajuste adaptativo de las formas.
Un análisis retrospectivo del «modus operandi» al que los Seminarios se han ceñido, puede constituir un valioso antecedente evaluativo en relación a los logros positivos y los déficit a subsanar. Sobre esta base, la consideración creativa de alternativas debe conducir necesariamente a la revitalización de estos eventos. Involucra, sin ninguna duda, la confirmación o la redefinición no sólo de los métodos de trabajo, sino también de los objetivos planteados inicialmente, aún cuando fueran los que impulsaron esta actividad de la que hoy nos enorgullecemos.
Por otra parte, este XVI Seminario se efectuará en un persistente contexto que asfixia y condiciona a nuestros países. Inflación, recesión, elevado endeudamiento externo -y en muchos casos también interno-, déficit recurrentes del sector público, apremios de balanza de pagos, caída de la inversión, etc., son las características dominantes.
Constituyendo esto una grave realidad que hay que afrontar y solucionar, existe también una situación preocupante de carácter conceptual. Así como en los años sesenta reinó la idea que la acción del Estado era la panacea universal que prácticamente motorizaba todas las soluciones para el subdesarrollo, existe hoy difundida y aceptada la de que todos nuestros males derivan del Estado.
Oscilaciones extremas de este tipo, deben llevarnos a ser cautelosos en la aceptación de su certeza. Reflexionar seriamente sobre el rol del sector público en nuestras sociedades y, en las actuales circunstancias, es responsabilidad que ASIP debe asumir en prevención de conceptualizaciones erróneas que pueden conducir al diseño de estrategias equívocas. Un ejemplo es el atribuir la inflación a la emisión monetaria para financiar el déficit del sector público. Está claro que la «monetización» del déficit impulsa nuestros procesos inflacionarios. Pero ¿cuál es la razón de este déficit y la consecuente emisión? ¿Será que es agradable para los gobernantes emitir? ¿Será fruto de políticas propuestas? ¿O de teorías fiscales erróneas? O existirán problemas en nuestras estructuras sociales y productivas que «presionan» al sector publico y lo desbalancean. Al ensayar las respuestas, tampoco debemos olvidar el reconocido sobredimensionamiento e ineficacia de los servicios estatales, que no cumplen adecuadamente con las acciones de su responsabilidad.
Enfoques de esta naturaleza se imponen para que, a través de trabajos rigurosos y objetivos, acerquemos contribuciones esclarecedoras al debate.
Los Seminarios Interamericanos deben, entonces, fortalecerse y renovarse para ser los foros académicos en donde, desde la perspectiva presupuestaria, se discuta el perfil del sector público adecuado para Iberoamérica, y se motive a los agentes que desempeñan una función que, desde el punto de vista de la persecución del desarrollo y bienestar de nuestros pueblos, sea eficaz y correctamente valorada.
Es ésta la oportunidad que avizoramos para que en nuestra Asociación nos ocupemos de un tema que hoy está tratado sin profundidad, lo cual mucho nos preocupa, ya que esta falta de presencia desequilibra el discurso teórico al no computar con realismo el verdadero papel reservado al sector público en nuestros países.